misionESred = Plantando Iglesias

Id y haced discipulos a todas las naciones.

jueves, 29 de diciembre de 2011

NO SUSTITUYAS EL ORO POR EL BRONCE

Veamos 2 Crónicas Capitulo 12, y busquemos la responsabilidad del Rey Roboam. El Señor había permitido que el Rey Sisac de Egipto viniera contra Jerusalén porque el rey y todo Israel habían trasgredido contra el Señor, olvidando Su ley. "Subió, pues, Sisac rey de Egipto a Jerusalén, y tomó los tesoros de la casa de Jehová, y los tesoros de la casa del rey; todo lo llevó: y tomó los escudos de oro que Salomón había hecho. " (v.9). El versículo diez nos cuenta la historia de que hacían escudos de bronce para remplazar los de oro que habían sido robados.

El bronce brilla como el oro, y para el ojo no entrenado parece como si fuera oro. Sin embargo, Roboam sustituyo un artículo de menor valor por uno de mayor valor. La mayoría de la gente probablemente ni siquiera supo la diferencia.

Lo mismo ocurre en el ministerio. Cuando tú comienzas a pensar que tú tienes que ser el que da el show, esto puede suceder con facilidad. Cuando tú predicas la Palabra y los ojos de las personas son abiertos, eso es éxito. ¡Sí! Eso es verdad. Cuando tu estas ministrando y se te da palabra de conocimiento y pones las manos sobre los enfermos y se recuperan, eso es un éxito. ¡Sí! Realmente lo es, ¿está el oro verdadero en todas estas cosas? ¡Sí! Sin embargo, así como el verdadero oro son los dones del Espíritu Santo y su ministración, puede haber tentación para sustituir el verdadero por el bronce.

Yo estaba en un servicio en una iglesia donde el pastor dio aproximadamente 20 palabras de conocimiento para sanación durante el servicio de comunión. Después de la comunión él dijo, “Esta bien, cualquiera de Uds. Que tuvo esas palabras de conocimiento que llamamos y fue sanando, quiero que se pare”. Ni una sola persona se paró, él erró veinte veces en un solo servicio. Otra vez, cuando mi esposa y yo estábamos en una convención. Pensamos que ella tenía una condición seria de salud en su cuerpo en ese momento, y yo estaba creyendo a Dios en relación a una situación seria en mi cuerpo. Sabíamos que un ministro en particular estaría hablando en la convención y dijimos "Esto es. Nosotros sabemos que debemos tener fe en Dios por nuestra cuenta, pero estamos soltando nuestra fe. Cuando este hombre ore por nosotros, vamos a obtener nuestra sanación."

Yo incluso le pedí a Dios para que el predicador compartiera un par de testimonios como confirmación. Con seguridad, estábamos en la primera fila, y él dijo algunas de las cosas que le había pedido a Dios que dijera. Él hizo el llamado al altar, y fuimos los primeros dos en la fila de sanación. Habían miles de personas pero éramos los número uno y dos. Mi esposa primero, y yo segundo. El ministro se acercó a ella. Puso su mano en la parte de atrás de su cuello y empujó su cabeza. Ella no se cayó. El ministro le dijo, "Hermana, no estás recibiendo. El problema es que no estás recibiendo." Así que finalmente, ella se cayó. Yo estaba allí parado pensando, “Okey, Solo me voy a caer. Voy a recibir. Sólo tócame amigo y me caeré. Si eso es lo que quieres. Yo lo haré. Sólo quiero mi sanidad”. Él me toca, y yo me caigo porque sé que hay alguien atrás para agarrarme (no quería que me empujara o que me pusiera ansioso por no recibir). No había terminado de estar en el piso por dos segundos cuando alguien me sujeto por la parte de atrás de mi brazo y me levantó (era un ujier diciéndome que me tenía que quitar del camino). ¿Crees que obtuve mi sanidad? De ninguna manera. ¿Crees que mi esposa obtuvo su sanidad? De ninguna manera.

Todo el mundo pensaba que el hombre era muy espiritual porque la gente se estaba cayendo. Él estaba más preocupado con la gente cayéndose que con las personas siendo genuinamente sanadas. ¿Sabes que es lo triste? Esto pasa a menudo en la Cristiandad Carismática.

El bronce está siendo sustituido por el oro. Es la gente percibiendo que algo está pasando cuando en realidad nada está pasando. La congregación piensa que el Espíritu de Dios se está derramando, cuando en realidad están siendo empujadas hacía abajo. Si Dios está contigo, no necesitas empujar a nadie. Los he visto caerse en África donde no usamos a quienes los atajen. He visto a varios caer sobre el concreto sin nadie detrás de ellos. He visto gente acercarse como a cinco pies del ministro, y pareciera que alguien los hubiera golpeado. Han sido tirados volando de regreso, golpeando a algunos en el proceso. El Espíritu de Dios hizo eso. No tienes que actuar y tratar de hacerlo para Dios. La gente puede ser sanada sin caerse. Otro Error Una segunda precaución: solo porque el Señor hizo algo de una forma en particular una vez, no significa que Él lo hará en la misma forma una y otra vez. Déjame darte una experiencia personal para ilustrar lo que estoy diciendo. Durante mi segundo año de escuela Bíblica me pidió mi pastor que predicara en una iglesia. Predique sobre diezmos y ofrendas. Fue de eso que me pidieron que predicara. No era acerca de lo que yo quería predicar. Bueno si me hubieran dicho habla sobre Milagros o algo, yo hubiera estado emocionado. Al final del sermón era literalmente como si un abrigo hubiera caído sobre mí. Y cuando eso pasó, estas fueron las palabras que salieron de mi boca: "Si tu estás acá y han orado varias veces por ti y no has recibido tu sanidad, ven ahora aquí. Obtendrás tu sanidad.” Ellos salieron y yo me acerque al primero. Puse mis manos sobre su cabeza, y comencé a orar. La toque, y fue como que si ella hubiera desaparecido. Ya se había caído al piso. Me acerqué a la persona siguiente. Era un hombre grande. Tenía un problema interno. Cuando puse mis manos sobre él, fue como que el fuego del Señor entrara en él, él fue y se sentó, y la señora que estaba sentada frente a él decía que era como estar sentada en frente de fuego abierto. Había tanto calor saliendo de él que ella dijo que estaba quemando su espalda. Fui a la línea y vi milagro tras milagro acontecer. Por último me acerqué a la última señora. Ella estaba en una silla de ruedas. Puse mis manos sobre ella y sentí el poder de Dios entrar en ella. Quite mis manos y le dije “Señora, P.D., tiene un desorden del nervio”. Ella preguntó, "¿Cómo supo eso?" "Dios me dijo." Ella tenía algún tipo de desorden del nervio que estaba afectando sus músculos. Yo puse mis manos sobre ella de nuevo y comencé a orar una segunda vez. El poder de Dios estaba entrando en ella, pero ella no caminó.

Después de un tiempo de estar ministrándola y de la iglesia orando, me eché hacia atrás y dije "¿Señora, cómo cree Ud., que yo supe que Ud. Tenía ese desorden?" Ella contestó que no sabía. Yo dije, “Dios me lo mostró para que Ud. Supiera que era Dios y no yo”. Por que ella estaba mirando al hombre y no a Dios. "Oh," dijo ella (inmediatamente, pude ver un cambio en sus ojos). "Sí, tú no podrías haber sabido eso. Así que Dios te lo dijo. Así que esto es Dios." De repente un pensamiento vino a mí, y le pregunté que quería por encima de todas las demás cosas. Ella dijo, "Quiero caminar." Yo le dije "Entonces necesitas hacer algo." Así, que ella se agachó y levantó los reposa pie de la silla de ruedas. Ella se levantó y caminó, y luego el poder de Dios la tumbo.

Alguien la vio en el hospital al día siguiente, caminando por el corredor con sus manos levantadas. Ella acababa de hacerse un chequeo. Todo estaba bien. Ella estaba saliendo del hospital, caminando por si misma (sin ninguna ayuda).

Ahora, escucha. Después de eso, una pequeña niña de la iglesia se me acercó y me dijo, "Hermano Russ, eso fue maravilloso. Era como ver a Jesús operar, caminar y moverse”. Por meses, pudieras haber pensado que era como Jesús: "Bendito Dios. Soy como Jesús."

Por favor toma nota de lo que estoy a punto de compartir contigo. Recuerda que estábamos hablando de sustituir el bronce por el oro. Recuerda como ya te alerté acerca de la presión del “éxito” y como puede afectar tu ministerio. Me pasó que la próxima vez que tuve una oportunidad para predicar. Llegó el momento de hacer el llamado al altar, y dije “Si tu estás aquí y han orado por ti muchas veces pero no has recibido tu sanidad, ven aquí. Ven aquí. Vas a obtener tu sanidad”. No funcionó. Ellos no obtuvieron su sanidad. Tú tienes que recordar siempre que no eres tú, es el Espíritu Santo. A veces nos ponemos a pensar que todo lo tenemos resuelto. Sólo porque has sido usado por Dios un par de veces, no te pongas a pensar que eras tú o que tú sabes exactamente lo que va a pasar. El Espíritu Santo no se mueve de la misma manera cada vez. Si tú empiezas a pensar así, comenzarás a “actuar” con el objetivo de alcanzar las demandas. Eso es muy peligroso.

También puedes caer en la trampa de pensar que no tienes que prepararte. Debes orar y estar preparado. Mantén el mensaje fresco. Asegúrate de que te mantienes agitado. Puedes caer en eso. No sustituyas el bronce por el oro. No estés empujando a la gente hacia abajo. No te pongas a usar cosas (por ejemplo: agua del Jordán y madera de la Tierra Prometida). No pongas condiciones sobre la unción de Dios. Su unción y poder no están a la venta. No puedes comprar respuestas del Señor. ¡Sé muy cuidadoso!

Fui una vez a una convención donde una persona en particular estaba ministrando. Bueno la gente estaba volando hacia abajo. Era la unción más poderosa que había visto alguna vez. Otra conferencia vino con el mismo predicador un poco tiempo después. Esta vez ellos llamaron para que viniera un estudiante del centro Bíblico para orar por él. Bueno, ese era yo. Entonces entendí porque la gente estaba volando hacia abajo. Estaban siendo empujados con tanta fuerza que ellos mismos no podían haber parado el caerse. ¡Eso es triste! Mi esposa y yo no obtuvimos nada en esa reunión tampoco. Ellos estaban más preocupados con las apariencias que acerca de que las personas fueran ministradas verdaderamente. No todo el mundo es así. Sin embargo, hay muchos sustituyendo el bronce por el oro. No existe una fórmula para aprender o una serie de acciones para hacer. Tienes que ser guiado por el Espíritu Santo. ¡No trates de manipular una situación! La desilusión entrará cuando estés más preocupado acerca de las señales visibles, exteriores del "éxito" de lo que lo estás acerca de las necesidades de las personas. Ese es un lugar peligroso dónde estar. No te tientes a sustituir el bronce por el oro. ¡No vale la pena!

domingo, 11 de diciembre de 2011

LIDERAZGO: UNA DEFINICION

Para motivar, inspirar, retar, alentar, entrenar y equipar: una definición de liderazgo. Tú como líder has sido llamado a motivar, inspirar, retar, alentar, entrenar y equipar a los creyentes para cumplir el perfecto plan de Dios en sus vidas.

A menudo, he escuchado enseñanzas sobre liderazgo. Muchos en forma equivocada le culpan en el lugar incorrecto el fracaso en el liderazgo, diciendo que las personas no tienen a nadie a quien seguir. Dicen que los que siguen carecen de líderes.

Aquellos que enseñan esas ideas proponen que no hay suficientes visionarios a quienes seguir. Yo no estoy de acuerdo. Yo no estoy de acuerdo con esta enseñanza porque el trabajo de un líder no es hacer que las personas lo sigan. El trabajo de un líder debería ser hacer que las personas se enganchen con Jesús, y lo sigan. Los seguidores necesitan estar corriendo con la vision celestial que ya hemos discutido.

Muchos lideres dan la impresion de que es su trabajo motivar, inspirar, retar, alentar y equipar a otros a seguirlos para ayudarlos a cumplir su visión. Eso es una tontería. El fracaso es lo que sin lugar a dudas ocurrirá cuando los hombres comienzan a seguir a los hombres y no a Dios.

Haz que se enganchen con Dios, una vision celestial, un visionario. Solo mantenlos en el lugar apropiado. Los líderes necesitan estar añadiendo a otros, ayudándolos a cumplir el plan perfecto de Dios para sus vidas, no el plan para la vida del líder.

Si el plan perfecto de Dios para alguien es que se mude a China, entonces ¿quién soy yo para pararlos o desalentarlos sino encaja con mis necesidades o mi visión? Recuerda que ya hemos discutido acerca del sindrome "Yo" y "mí". Los líderes a menudo se sienten amenazados. Hay los que tratan de mantener a todos cerca de ellos. Sin embargo, la major forma de alcanzar el éxito es tomar a tus mejores personas y empujarlas fuera. ¡Sácalos!

Motívalos, inspíralos, rétalos, entrénalos, equípalos para cumplir el plan de Dios en sus vidas yendo a donde sea y haciendo lo que sea. Como líder tienes más que suficiente responsabilidad sobre tus hombros. No necesitas añadir controlar la vida de los otros a tu lista. Tengo suficientes problemas ocupándome de mi esposa, dos niños y algunos pececitos. No necesito mas responsabilidad tratando de controlar a otros. Tienes que tener una actitud liberadora, no una controladora. Libera a la personas, déjà que asciendan. No son tuyos. ¡Son Suyos!

Yo estaba orando una vez y el Espíritu Santo me dijo, “Russ, lo major que puedes hacer para que las personas te sigan es no tratar de que te sigan”. Sí, soy llamado de Dios, y tengo una visión. Yo soy un líder, pero Russ Tatro, el hombre, te fallara. Pablo dice, “Sígueme a mí como yo sigo a Cristo”. En otras palabras sigue al Cristo en el hombre. Los hombres te fallaran, pero el Jesús en ellos no. ¿Así que hacemos? No has que las personas te sigan, haz que sigan al Cristo en ti.

Si tú ves algo en mí que te atrae y te enganchas a la misma vision celestial, que sea así. ¡Pero sigue a Cristo! Como ministros tienes que hacer que las personas se mantengan mirando al Cristo. ¡Recuerda, tú no eres ninguna super estrella! Tú estás enganchado a Jesús, y tu ejemplo sera un testimonio para ellos.

Si están mirando a Cristo no se afectarán cuando cometas un error o cuando hagas algo malo. Otra cosa que debes recordar es lo siguiente: cuando es el momento para que se vayan los que has entrenado, déjalos irse. No los mantengas sin dejarle poder ascender o los mantienes ocultos ("no voy a dejar que prediquen mucho porque a las personas les pueden gustar ellos más que a mí. Parece que aplauden más con él.").

Dale a las personas una oportunidad. Deja que florezcan como una rosa. Dales oportunidades.

Delega Responsabilidades Delega y confía responsabilidades a otros. Dale a los que trabajan contigo responsabilidades y la autoridad y la responsabilidad que vienen con ella. No tienes que controlar todo el show. No tienes que estar a cargo de todo. De hecho no serás exitoso en la vida a largo plazo si lo haces. Todos cometemos errores, pero no permitas que te restrinjan de delegar responsabilidades. Has que las personas vayan a las prisiones, salgan alas calles, y a los vecindarios. Has que se pongan activos. Dales un chance.

Sólo hay generalmente tres oportunidades para hablar desde un pulpito en una iglesia cada semana, pero las oportunidades son enormes si lo vemos más allá. Las personas que estás discipulando necesitan la experiencia.

Cuando fui a Guatemala nos dijeron que no podíamos ministrar por un año. Como yo solo iba a estar allí por un ano. Esa era la peor noticia que me habían dado. Me había recién graduado del centro Bíblico y no podia esperar para predicar. Yo dije, si no puedo predicar desde el pulpito voy a predicar desde las calles o en la cárcel”. Y allí fue donde me mojé los pies. Luego, fui a África. Había estado fuera del centro de entrenamiento solo por dos años cuando llegue a Liberia.

Gracias a Dios que he tenido oportunidades de predicar muchas, muchas veces a lo largo de los años. Esto desarrolló el don en mí. Por lo tanto, yo sé cuan importante es darle a otros la oportunidad de desarrollarse y probarse, para dejar que salgan y usen lo que tienen. Delega, y dale a las personas una oportunidad. No tengas miedo de darles a los nacionales que estás entrenando un chance. Yo he recibido más invitaciones a predicar de lo que he podido obtener durante mi tiempo en África. Yo siempre estaba tan lleno que podia darle a los jóvenes ministros que estaba entrenando. Luego los miraba para ver como se desenvolvían. Así es como los entrenas. Mira como florecen y al hacerlo podrás darles más y más responsabilidad hasta que ellos mismos lleguen a un lugar de liderazgo.

Nota Personal

Como una nota extra, les quiero compartir que es lo único que impediría que yo trabajara con alguien. No es si ellos cometen errores. Es parte de aprender y de un proceso de crecimiento. La gente cometerá errores como dije antes, es parte del proceso de aprender y crecer. Yo no voy a trabajar con personas que tienen un problema de actitud que no quieren corregir.

Si una persona no quiere corregir un problema de actitud no hay mucho que pueda hacer por ellos. Lo mismo pasa en consejeria. Lo peor que puedes escuchar es escuchar a alguien decir "Oh! Yo traté con eso y no funcionó. Eso no funciona para mí." Si tú les muestras lo que la Palabra de Dios dice acerca de su situación particular y ellos insisten en su forma, no te han dado espacio para ayudarlos. Si ellos no permiten que Dios mismo les hable a ellos, tú no vas a hacer una Buena impresión. Si una persona se convierte en no enseñable, no hay nada que puedas hacer. Si alguien desarrolla una mala actitud y no está dispuesto a cambiar, es major que los dejes ir. Si se quedan por mucho tiempo, ellos y sus actitudes pueden echar a perder el resto. Una manzana podrida en una cesta puede hacer mucho daño sino se la quitan rápido.