MISIONesRED

VI. EL ROL DEL MISIONERO

India va a ser ganada por Indios y Nigeria por Nigerianos. Sí, nosotros como misioneros trans- culturales tenemos un lugar y un rol que jugar en las naciones a las que hemos sido llamados.
Sin embargo, a menos que entiendas el objetivo verdadero de la Gran Comisión terminarás haciendo lo mismo que la mayoría de los misioneros hacen. Irás y establecerás un ministerio para ti. Establecerás tus propios límites, actuando como si tú vas a estar allí el resto de tu vida. Pondrás raíces tan profundas que nunca te irás.

Cuando tú estableces raíces tan profundas, quieres proteger lo que construiste. Quieres protegerlo y controlarlo. Yo he estado con otros misioneros Americanos en otras partes del mundo que me han dicho “Nosotros nunca entregaremos esto a los locales". Hemos visto mucho abuso con esta denominación y con este seminario y con este ministerio. Cuando entregaron sus ministerios a los locales, colapsaron. Nunca lo entregaremos. Sí, permitiremos que estén involucrados pero a un nivel de liderazgo, nunca dirigiéndolo por completo. Nunca les daremos el ministerio”. "¿Son ellos exitosos? ¿Han llevado a cabo la Gran Comisión? ¡No!

Dios Envía Misioneros como Catalizadores
¿Bueno, si un misionero del Nuevo Testamento no debe poner raíces tan profundas ni construir un ministerio para sí mismo, qué debe hacer? Dios envía misioneros como catalizadores.

Un catalizador es aquel “que precipita un proceso o evento”, o como en química, “una sustancia que altera y específicamente incrementa la velocidad a la cual se lleva a cabo una reacción química”. Los misioneros son catalizadores con herramientas, habilidades y la gracia de Dios para hacer que las cosas pasen.

El trabajo de un misionero es entrenar, equipar y darles herramientas a las personas, halándolas al próximo nivel.
Como catalizadores tú necesitas llegar y entrenar a las personas, causando que ocurra un cambio en la condición espiritual de un país. Al entrenar y equipar a los Locales, tú los equipará para moverlos al próximo nivel. Por ejemplo, recientemente patrocinamos a un equipo de los Estados Unidos que viajó a Sierra Leona para hacer unas conferencias de jóvenes y niños. Fue impresionante!

Habíamos planificado por varios días nuestros esfuerzos evangelísticos, y como parte de esos planes yo les dije que entrenaran a un grupo pequeño de personas. Ellos hicieron un entrenamiento general con el grupo grande, y luego pasaron más tiempo con el grupo pequeño. Les pedí que hicieran uno o dos días de evangelización con los niños y después quería que el grupo más pequeño asumiera el cargo.

Les pedí que dejaran sus guiones, sus disfraces y herramientas con los locales cuando regresaran a los Estados Unidos. Ellos hicieron eso y hoy en Sierra Leona ese pequeño grupo está hacienda todas sus propias marionetas a mano y sus propios disfraces. Las están distribuyendo entre las Iglesias y están experimentando un verdadero avivamiento, un cambio. El equipo que fue escogió entrenar en vez de solo ir y hacer lo que saben hacer. Si no lo hubieran hecho, habrían regresado a casa pensando que habían sido parte de un viaje de misiones exitoso cuando en realidad lo contrario era la verdad.

Errores Posibles
Desde el inicio debes tener tus metas y objetivos correctos en tu corazón acerca de lo que estás llamado a hacer. Si no lo haces, tus raíces van a estar tan profundamente enraizadas que tú estarás en el negocio de construer tu ministerio y tu programa a tal nivel que no lo soltarás. Así que, ahora en los inicios de tu ministerio debes decir, “Yo soy un misionero, un misionero de la Gran Comisión.
Esa es mi tarea. Yo tengo que hacer que se salven. Tengo que hacer discípulos para que yo pueda quitarme de en medio”. Esto pareciera contradecir la enseñanza que la mayoría de los misioneros recibe de que tienes que irte como si te fueras a ir para toda la vida. Vamos a verlo desde otra perspectiva.

Tu sí necesitas preparer tu corazón y tu mente para un llamado para toda la vida; sin embargo; eso no significa que solo vas a estar en un lugar, hacienda un rol específico, para el resto de tu vida. A los humanos nos gusta que las cosas estén estables y arregladas. Esto podría hacer que te sintieras contento, y no llegar a cumplir la Gran Comisión que Dios te ha dado. Como misionero, puedes estar en el mismo país, incluso en la misma ciudad, por el tiempo y la duración de tu ministerio.

Sin embargo, se va a usar la misma medida para juzgar tu éxito. Tú debes estar dispuesto a decir: "Mi trabajo, mi rol, mi funcion es entrenarlos, y si Dios quiere moverme a otra ciudad/país o si quiere que me quede pero que me mueva a otra función, hare eso”. Tú no puedes permitirte a ti mismo establecer un ministerio que gire alrededor tuyo, donde tu tomas todas las decisiones, el que dice que se va a hacer. Es una actitud colonialistica. Que es muy ofensiva en la mayoría de los países extranjeros.
Debes guardar tu corazón. Siempre has un “chequeo de corazón” de forma regular. Recuérdate que el rol verdadero y correcto de un misionero de la Gran Comisión descansa sobre los dos principios esbozados en Marcos 16 y Mateo 28.
Tú evitarás los errors y serás exitoso en el proceso si llevas a cabo este mandato por completo.