LA GRACIA: NO LA FRUSTES
Vamos a Gálatas capítulo 2. En el versículo 21 el Apóstol Pablo dice, "No desecho (no frustro) la gracia de Dios...." La palabra "gracia" aquí no es gracia de salvación. Si miras 1 Corintios capítulo 12 y Romanos capítulo 12, verás muchas referencias acerca de las gracias Bíblicas que son dadas al Cuerpo de Cristo. Pablo dice, "Hablo por la gracia que me ha sido dada." ¿Qué gracia le fue dada a Pablo? La gracia apostólica. A cada persona se le ha dado una gracia. A todo el mundo se le ha dado al menos un don.
Conocemos de los cinco dones del ministerio quíntuple: apóstoles, profetas, evangelistas, pastores, y maestros. Sin embargo, hay otros dones como administración, ayudas, dar y misericordia. A todo el mundo se le ha dado al menos unos de estos dones. Es una gracia que causa que tú seas exitoso en la vida.
La gracia de Dios te permite cumplir Su plan para tu vida. Cuando Dios te da esa gracia y habilidad hace más que solo agradarte y mucho más que simplemente equiparte para poder cumplir Su plan. Es mucho más que eso. Su gracia causa que bendiciones alcancen a otros.
Yo me levanto y predico y las señales los prodigios y los milagros acontecen. ¿Acaso yo, o alguna parte de mí, hizo que eso sucediera? No. La gracia, el don, y el Espíritu Santo dentro de mí causaron que esto sucediera. Yo no puedo hacer que pasen los milagros. El Espíritu Santo hace basado en los dones y la gracia que ha puesto en mí. Que El a depositado en mi. Su gracia provisional. La provisión de Dios para Su pueblo.
Estoy contento y lleno cuando estoy operando en esa gracia y cuando estoy alcanzando lo que Dios quiere que haga en mi vida. Las personas son bendecidas en medio de ello. Son bendecidas, yo soy bendecido y Dios está feliz. La gracia hace que acontezca. Yo compartí con Uds. Acerca de los camiones de semillas de maíz para África Occidental. También tuve una persona que me dio medio millón de libros para los colegios públicos. Yo no escribí ninguna carta. Las Sociedades Bíblicas Internacionales me dieron 20.000 biblias. No escribí ninguna carta. Solo hice una llamada y hablé con alguien. Lester Sumrall ha enviado su barco a África dos veces. ¿Qué ocasionó eso? La gracia de Dios, Su gracia provisional operando a través de mí para alcanzarlos. Yo me levanto a hablar y alguien me da $25.000 para el ministerio. ¿Qué ocasionó eso? La gracia en mi vida alcanzando y hablando a su corazón. ¿Para cual beneficio? No el mío. Para las personas en África Occidental. Para eso es que la gracia me ha sido dada – para alcanzar y ayudar a esas personas.
Les quiero contar una historia. Yo llamee a una agencia una vez acerca de folletos bíblicos. Una señora respondió el teléfono y yo le dije que era un misionero y que necesitaba algunos folletos bíblicos. Ella me dijo, "Oh, tu puedes venir a la oficina y recoger un par de bolsas." Yo le dije, "Bueno, necesito un par de millones." Ella estaba callada por el otro lado. "No puedo autorizar eso." "¿Hay alguien allí que pueda?" "Bueno, todas las personas de mayor jerarquía están fuera en este momento. Pero, déjeme pensar. Hay alguien en el salón de prensa." Ella me dijo que esperara por un momento. De repente el teléfono es levantado por otra persona. Puedo escuchar a la prensa atrás de él. "Ey!" Él grita al teléfono y la prensa sigue allí. Yo le grité de regreso, "Necesito algunos folletos bíblicos." "¿Cuántos necesita?" "Dos millones." Y se hizo silencio. El dice, "Okey. Búsquelos mañana." Nos dieron dos millones de folletos bíblicos con una llamada por teléfono. Así de sencillo. La gracia de Dios alcanzó y tocó al corazón de ese hombre. No era para, mí. Era para las personas en África Occidental.
Así es que se supone que funcione. ¡No frustres la gracia! Puedes asfixiar la misma unción en la que quieres operar. Hay personas por todo el mundo que están frustrando y asfixiando la gracia provisional de Dios para ellos. No solo espiritualmente, sino financieramente (naturalmente) también) Ellos no reciben favor. Las relaciones no suceden. Las Iglesias no los apoyan. No hace clic no calza. Siempre están luchando.
Tú no quieres frustrar la gracia. ¿Cómo la frustras? Por no ser obediente al versículo 20 de Gálatas 2. Pablo dice, "Yo estoy crucificado con Cristo: sin embargo vivo; pero no vivo yo*, sino Cristo vive en mí: y lo que ahora vivo en la carne, lo vivo en la fe del Hijo de Dios, el cual me amó y se entregó a sí mismo por mí...” Hay un problema del "Yo" actualmente en el Cuerpo de Cristo. Mi ministerio. Lo que YO estoy haciendo para Dios. Esta es mi iglesia. Esta es mi cosa. Pablo dice que tú debes estar "crucificado con Cristo." No es tu iglesia; es Su iglesia. Tú eres un pastor. Y cuantos pastores hay en el campo pastoreando las ovejas que poseen. Los pastores no son dueños de las ovejas. El hombre en la oficina con aire acondicionado es el dueño. El joven pastor sólo las cuida. Nosotros, como ministros a veces comenzamos a tomar posesión. Comenzamos a tomar el control. Mi edificio. Mi iglesia. Mi ministerio. Un espíritu controlador comienza a dominar las vidas de las personas. Se vuelven temerosas y sienten que tienen que proteger su territorio. Proteger su inversión. Proteger eso en lo que han puesto su vida. Yo me aleje del ministerio en Liberia y dije, "Este no es mi ministerio de todas maneras. No es mi cosa. No puedo llevarme el crédito por ella." Si tú comienzas a tomar crédito por todo lo que sucede en el lugar en que Dios te ha llamado, vas en camino a una gran caída. Una de las características más olvidadas de las personas que están en el ministerio es la humildad. La humildad. Debe haber una verdadera humildad en tu corazón, o tu frustrarás la gracia de Dios* en el ministerio al cual Él te ha llamado.
Una verdadera obra de humildad se alcanza en tu corazón por el Espíritu con el objetivo de no frustrar la gracia. Sólo conociendo de humildad no es suficiente. El conocimiento en tu cabeza no va a hacer que lo logres. Quisiera compartir con Uds. Como Dios hizo algo de eso en mi vida. Déjenme comenzar por decirles el resultado final, el fruto. Yo estaba hablando en una conferencia el año pasado. Habían asistido entre 5.000 – 6.000 personas y se me había dado 15–20 minutos para compartir lo que estaba sucediendo en Liberia. Así que yo me levanté y dije la siguiente frase: "Sólo quiero darle al Señor todo la alabanza y la Gloria y el honor por todo lo que Él está haciendo allá en África Occidental." Luego compartí mi testimonio. Una persona se me acercó después y me comentó, "Russ, eso fue realmente bueno lo que compartiste, pero no tienes que tratar de ser tan humilde."Yo me alejé pensando, "Yo no estaba tratando de ser nada. No estaba tratando de ser humilde." La humildad debería ser un reflejo natural como lideres en el Cuerpo de Cristo.
El gobernador rico joven se le acercó a Jesús y lo llamó "Buen Maestro. Jesús pregunto, "¿Por qué me llamas bueno? Sólo hay uno bueno, ese es, Dios" (Marcos 10:17–18). Pueden imaginarse a los discípulos diciendo, "Pero bueno, Jesús, tu eres el Hijo de Dios. Todos sabemos eso, entonces ¿Por qué tienes que ser tan humilde?" ¿Qué estaba diciendo Jesús realmente? Él estaba tratando de que vieran de que aún lo que Él hacia venía de arriba. Jesús no iba a tomarse el crédito.
Jesús también estableció el ejemplo cuando lavó los pies de los discípulos diciendo "Pues si yo, vuestro Señor y Maestro, he lavado vuestros pies, vosotros también debéis lavaros los pies los unos a los otros. Porque ejemplo os he dado, para que también vosotros hagáis como yo os he hecho. De cierto, de cierto os digo: El siervo no es mayor que su señor, ni el enviado es mayor que el que le envió." (Juan 13:14–16).
El lavado de los pies, es una experiencia de humildad para ambas de las personas involucradas, tal vez más aún para aquel cuyos pies están siendo lavados. Esa tarde, Jesús utilizó el acto común de lavar los pies para enseñarles a Sus discípulos como debían seguirlo a Él en humildad. Oh, que el liderazgo de la iglesia de hoy aprenda el ejemplo de Cristo.
Yo estaba en África y había estado en el ministerio por un periodo de tiempo corto cuando el Espíritu Santo me habló. Él dijo, "Russ, ¿hay algo en tu vida que te avergonzaría si Yo lo expusiera públicamente?" Tuve que chequearme. Yo podía decir que no había ningún pecado conocido. Sin embargo, sería embarazoso que las personas conocieran cuando pierdo mi temperamento con mi esposa o me molesto con otro conductor... Tú ves, hay un lado escondido de nuestras vidas que nadie conoce sino Dios. Tu esposo no lo conoce; tu esposa no lo conoce. Hay un lado escondido que nadie conoce excepto Dios y tú. Él me dijo, "¿Hay algo en tu vida que te avergonzaría si Yo lo expusiera públicamente? ¿Si Yo lo pusiera en una pantalla gigante frente de miles de estudiantes del Centro Bíblico, tu crees que alguno de ellos estaría desilusionado de ti y se alejaría?" Yo le dije, "Si, así lo creo." Él dijo, "Entonces esa es la diferencia entre tu y uno de los ministros que ha caído en un pecado publico, haciendo que la gente se desilusione y se vaya. La única diferencia es que su pecado ha sido revelado y el tuyo no”.
Esa fue una experiencia de bastante humildad para mí. Me ayudó a llegar al lugar donde podía decir: "Sólo quiero darle al Señor todo la alabanza y la Gloria y el honor por todo lo que Él está haciendo allá en África Occidental." Me di cuenta de que si no era por Su gracia, ninguno de nosotros (incluyéndome) estaría haciendo nada.
Quienes somos nosotros para decir, "Yo, mío, mi."* Nunca olvides que sin Su gracia no podrás hacer nada para el Reino de Dios. Nunca alardees de pensar que eres alguien grande o alguna súper estrella. Si no fuera por Su gracia perdonadora día a día, no seriamos nada. Algunos han olvidado eso. Lo puedes escuchar en la gente alardeando: " Yo, mío, mi, y lo que yo estoy haciendo."*
Pablo dice, "Yo estoy crucificado con Cristo." Los hombres muertos no alardean. Efesios 4 habla de los dones del ministerio del apóstol, profeta, evangelista, pastor y maestro. Estas palabras son verbos no nombres. Son lo que tú haces, no lo que tú eres. “¡Yo soy un evangelista!" Tonterías. Tú evangelizas. "Yo soy un pastor." No, tú pastoreas. No es quien tú eres; sino lo que haces. Es tu función. Nada de que tener orgullo. Nada que te ponga a pensar que eres una súper estrella. Tú eres lo que eres en Cristo, no en tu mismo.
Déjame darte otro ejemplo Bíblico. ¿Quién escribió la mayor parte de Nuevo Testamento? Pablo y él dice, "¡Miserable hombre de mí! ¿Quién me librará de este cuerpo de muerte?" (Rom 7:24). Un poco antes en el capítulo Pablo que él hace lo que no quiere hacer y no hace las cosas que debería hacer (7:19). Él habla de la carne librando una batalla contra su mente (v.23). Todos estos comentarios nos hablan de que aún el apóstol Pablo tenía que lidiar con su carne queriendo salirse con la suya. Si él, un hombre con tanta revelación que escribió la mayoría del Nuevo Testamento, tuvo que hacer esto, ¿qué hace que ninguno de nosotros pensemos que no tendremos que hacer lo mismo?
A menos que tú puedas admitir que eres un “miserable” si Dios, desde tu propio yo, el orgullo y todo tipo de otras cosas se matarán. Debes buscar caminar en una actitud de verdadera humildad. Si tuviéramos un cuerpo de un muerto en un ataúd y alguien se acercara del final del pasillo y escupiera sobre el muerto y dijera, "¡Nunca me gustaste!" ¿Uds. Creen que el muerto se ofendería? ¿Crees que escupiría de regreso? Entonces, cuando alguien se acerque al ataúd y diga, “¡Oh, te amo! ¡Fuiste el mejor predicador del mundo! ¡Simplemente te amo! ¿Crees que el muerto se llenaría de orgullo? ¿No lo afectaría verdad? Así es como Dios quieres que estemos, Crucificados en Cristo. Muertos. No deberíamos tomar la alabanza, no deberíamos tomar el honor, y no deberíamos tomar los reconocimientos. El orgullo no debería tener lugar en nuestras vidas. Por otro lado no deberíamos quedar atrapados en las críticas. Nada debería afectarnos. Déjame darte un segundo ejemplo de no estar crucificados con Cristo. Ministrando de tus heridas. Tú ves, el amor no se ofende de acuerdo a 1 Corintios 13. El amor no se ofende. Puede ser muy tentador ministrar desde una herida. Necesitas caminar en el amor de Dios. "¡Pero tu no sabes lo que Él hizo! ¡No sabes lo malo que fue conmigo!” El amor no se ofende. "Sí, pero yo tengo un derecho. Tengo una Buena razón para estar dolido." El amor no se ofende. No el tipo de amor de Dios. Piensa en Jesús sobre la cruz. ¿Acaso Él dijo, "Padre, has justicia con ellos"? Ahora, esos fueron los que le clavaron los clavos en Sus manos y pies. ¿No tenía Él derecho? Su amor no se ofendió, y en vez de pedirle al Padre que hiciera justicia con ellos, Él le pidió que los perdonara.
Me gusta lo que uno de mis amigos dice: "No puedes hacerme daño. Yo te amo. Escupe sobre mí. No puedes hacerme dañó. Yo te amo. Yo voy a perdonarte. Abusa de mí. Yo solo voy a perdonarte.” Crucificados en Cristo. Allí es donde está nuestro caminar. Tú tienes que morir por Él. Él no quiere que mueras físicamente. Quiere que te mueras a ti mismo, a tus propias aspiraciones, a tus propios deseos. Yo quería ser un senador de los Estados Unidos, y estaba yendo en ese camino. Tuve que morir a eso. Tuve que llegar al lugar donde dije “Si Dios quiere que sea un misionero, entonces eso es lo que quiero”. Tienes que morir a tus propias aspiraciones, tus propios deseos. Él sí espera que ueras”. Si tú vives en el Espíritu y caminas en el Espíritu, vencerás a tu carne. Eso incluye al orgullo y al dolor (a hacerte el ofendido) que tratarán de dominar sus vidas.
Tú no serás efectivo si caminas en la carne. Harás un cortocircuito con la unción en tu vida, cortaras Su gracia y Su provisión a ti y para ti. Protege la unción en tu propia vida. Tu éxito depende de eso.
Así es, No hay vida sin antes haber muerte ; y muerte del YO.
ResponderEliminarGracias por tu aporte y Pastoreo aun desde la distancia.
Bendiciones